miércoles, agosto 04, 2010

El crudo pasa la barrera de los 80 dolares por barril

Otra vez el precio del petroleo inicia su ascenso.

Es la recuperación inminente?

China vuelve a incrementar su importación?

Es el dolar que se desvaloriza nuevamente frente al euro y a la moneda de China?

Historicamente antes de un conflicto el precio se eleva. Será el turno de Irán ahora?

Luego del desastre que hizo BP en el golfo, USA busca nuevamente sus proveedores habituales: El lejano oriente. Y justamente Obama retira sus tropas de Irak...

La energía alternativa al petroleo de Oriente aún no está disponible en la industria. USA pensó que debía tener a mano petroleo propio cercano pero el planeta le está avisando que no. Entonces a seguir trayendo de Oriente a cualquier precio.

Sin embargo el obstáculo que queda es Irán.

Hasta cuando con las guerras, hasta cuando con la violencia, hasta cuando con la fuerza...
Einstein decía que "La fuerza siempre atrae a hombres de baja moralidad"

Cual es tu opinión?

En muy poco tiempo tendremos respuestas.

miércoles, mayo 26, 2010

Continua el derrame de petroleo en el golfo.


Desde el 20 de abril y van.......

Imagen de la pérdida de petroleo en el golfo. Obtenida de la siguiente fuente: http://www.calgaryherald.com/news/readies+another+attempt+stopping+Gulf+spill/3072578/story.html

domingo, febrero 28, 2010

RAJ PATEL es el Maitreya?


“La libertad de comprar es completamente ilusoria”

El inglés, que fue funcionario del FMI, milita con lúcidos ensayos contra las consignas de La transnacional alimentaria. “La clase de globalización por la que abogo rescata a los movimientos sociales”, afirma.

Raj Patel es considerado un “loco peligroso” por las corporaciones de alimentos. Su cañón apunta a lo que considera “la injusta cadena alimentaria transnacional”; atribuye al proceso de producción y venta –desde la fábrica al supermercado– el poder de alienar a piacere al individuo. Es ese tipo de crítico-activista que concibe una intervención más allá de la interpretación; su prédica, inspirada en la denuncia teórica posterior a No logo, de Naomi Klein, crece por su condición de arrepentido: vio la circulación del dinero desde adentro del FMI y el Banco Mundial –como empleado–, lo irritó la concentración desigual de la tierra y la reducción a servidumbre del productor agropecuario, milita finalmente como activista globalifóbico, y es definido por la musa Naomi como “una mente brillante”.

Desautomatizarse,
¿pero cómo?

Patel no deja resquicio de la cotidianidad sin cuestionar (desde llenar el changuito a la sobremesa frente al tótem-televisor), que se enjuicie el mundo próximo y tangible (ingerible) situando el eje de dominación en las fauces del sujeto. Si No logo atribuía la domesticación del yo al accionar violento de las corporaciones (véase Nike explotando obreros en sus talleres asiáticos), Obesos y famélicos analiza mecanismos más sutiles que involucran un adoctrinamiento pacífico. ¿Los alienados? Somos consumidores perdidos entre las góndolas, a quien el autor de Obesos y famélicos propone enrarecerles el hábitat. ¿Qué intentan decirnos con ésa y no otra música ambiental, con ésa y no otra disposición espacial en laberinto de pasillos tan vigilados como cualquier panóptico contemporáneo (desde una prisión a un reality)?

Hay menos intención de estudiar conductas de consumo que de derribar un sistema de dominación. Estados Unidos fomenta la misma obesidad cuyo tratamiento financia el sistema de salud, dirá Patel. La abundancia de alimentos y el hambre comparten, muchas veces, zonas de influencia, explica. “Las compañías les dan forma a nuestras opciones y la libertad que tenemos cuando compramos es completamente ilusoria”, explica a Página/12. El consigue desnaturalizar rutinas masivas; su lectura ofrece una liberación mucho más allá del cliché de estudiar “las etiquetas” con detenimiento para encontrarle grasa y azúcares a lo diet; sus preguntas cobran una dimensión existencial.

Las preguntas de Patel

¿Es “lo que comemos” una zona usurpada al libre albedrío?

¿Construyen las marcas, además de un logo, cosmovisión del mundo?

¿Son enemigas del sentido de realidad?

¿Somos cómplices de la desigual distribución del empleo a través del consumo?

¿Avalamos lo tóxico detrás de un envoltorio bello?

Las respuestas aportadas no son resultado del maniqueísmo; la ligazón entre la publicidad y la anorexia en territorios antes vírgenes de TV occidental involucra siempre encuestas, estudios numéricos, confesiones de parte, análisis de mercado. Raj Patel da testimonio de su iluminación, de su paso a la resistencia, de su apasionamiento...

“Siempre había sospechado de las actividades de organizaciones como el Banco Mundial o el FMI, pero sentí que era importante entender por qué se comportaban del modo en que lo hacían –señala–. y entonces conseguí un trabajo en el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio. Fui consultor del Banco durante un mes, porque uno de mis profesores del doctorado de Economía me mandó en préstamo. Trabajé en la Organización Mundial del Comercio como becario sin sueldo. La clase de globalización por la que abogo –asume– no es la que propone el Banco Mundial, sino que tiene que ver con movimientos sociales internacionales como Vía Campesina. Es una globalización que aprende, comparte y lucha por los derechos humanos...”

Manual de resistencia

–¿Por qué no tenemos control sobre lo que comemos?

–Las compañías les dan forma a nuestras opciones y la libertad que tenemos cuando compramos es bastante ilusoria. Es como que nos pidan que saquemos una carta de un mazo en el que todas las cartas son iguales.

–¿Por qué no elegimos cuando compramos?

–Tenemos el disfrute de la “elección”, pero nuestras opciones ya fueron limitadas por la industria alimentaria. En Estados Unidos, si querés desayunar cereales, podés elegir entre cientos de clases. Pero si querés comida fresca de tu zona, cultivada de manera segura y con respeto por los derechos de los trabajadores, va a resultarte virtualmente imposible conseguirla. Este es un problema de políticas, planeamiento urbano y concentración de poder económico en el sistema alimentario.

–¿En qué se basan nuestras decisiones de consumo?

–La industria alimentaria gasta millones de dólares haciendo marketing de sus productos poco sanos. En todo el mundo, por cada dólar que se gasta en promocionar comida buena para el hombre, 500 se gastan en promocionar comida chatarra. Es por eso que hoy la “M” de McDonald’s es más reconocida que la cruz cristiana.

El artículo completo aca: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-12936-2009-02-22.html